En este relato, se omitieron nombres ya que es de estas weas que las minas cuentan para que nunca mas se sepa y que me doy el lujo de colocarla a dispsicion de ustedes, esta vez quiero destacar el hecho de que es "la amiga de una amiga" quien me lo contó...
"No puedes tapar al sol con una amistad"
-Otro momento filosofico
Yo tenía 30 años en ese entonces, y cualquiera diría que ya debería tener experiencia en muchas cosas y que los errores no tendrían por qué ocurrir, pero bueno, vivo sola (emocionalmente hablando) con mi mamá y mis dos hijos y no les voy a hablar mas de eso.
Bien todo empiezo en el tiempo estivales, (apropósito si encuentran palabras “raras” es porque soy profesora de lenguaje) cuando el candor del verano estremecía las hormonas juveniles pero que yo ya dejaba de sentir. Además, estaba terminando el año escolar y teníamos que calcular y transcribir los promedios y dar pruebas atrasadas y en fin, una cantidad de cosas que solo un profesor entiende. Como envidiaba a mis alumnos que en sus años mozos andaban despreocupados por la vida, pero, cuanto la disfrutaban mas que yo, que veía esa pasión que se desataban mirando a sus compañeras a los ojos, insinuándolas con palabras, y ellas que acaloradas con las declaraciones desabrochaban uno que otro botón de sus camisas o jugueteaban nerviosas con su largo pelo. Otros hablaban de ir a “carretear”, salir de sus aburridas vidas escolares, y experimentar la adultez en las Discotecas o los Pubs, a los cuales, tengo la vergüenza de confesar, regularmente iba en busca de mi “príncipe azul”, aunque comúnmente encontraba imbéciles como mi ex, u hombres que al saber que tenía hijos me miraban como a un ser extraño, lo que me mostraba cada vez mas que no encontraría un hombre nunca mas.
En fin, yo ya era adulta, y mis deseos y aspiraciones joviales se apagaron hace mucho tiempo, ya solo me quedaba pasar la vida sola, rodeándome de cosas materiales para lucirme con mis pares y relucir un poco, entre ellos estaban obviamente mis colegas, unos simpáticos y amables, otros retraídos e introvertidos. Entre las amistades con las que me solía juntar estaba mi colega de departamento, una mujer ya mayor (y no soy quien para decirlo) soltera igual que yo, tenia unos 40 años, pero nos entendíamos bien. Ella era una mujer muy delgada, alta, de ojos claros y un cabello rubio-castaño muy estilizado, sus facciones tan delineadas y simétricas, de verdad, no sabía como una mujer, que en sus años de juventud debió ser muy hermosa, no tenía pareja. Ella me dijo que nunca encontró un hombre que la hiciera feliz como ella quería, y bueno, era su opinión, es mas creo que incluso a sus 40 años tenia mas oportunidades que yo.
Ella a la larga se convirtió en mi gran amiga, escuchaba mis problemas, me ayudaba cuando lo necesitaba, de hecho una vez me visitó cuando caí enferma (de gripe…¿a quien el interesa que te resfríes?). Aunque no todo eran tristezas (mías por que ella…), salíamos de compras y, como ella ganaba mas que yo, mucho mas que yo, siempre era la que pagaba y decía cortésmente:
-¡Hay “gaia” por favor yo pago!..., guarda esa plata que tanto te cuesta para tus niñitos mejor, si total después me la devuelves, cosa que nunca pasaba por que las sumas que emanaban de esas compras eran, bueno, una o dos veces mi sueldo (en un año). Y Así nos hicimos grandes amigas, ella me invitaba a su lujoso departamento en Viña del Mar a pasar las tardes tomando té, viendo alguna película en su gigantesco plasma, o hablando de mis problemas.
Contextualizando, ya que se acercaba el verano ella me invito a una playa de la zona, una playa debo decir, espectacularmente cálida aun cuando por nuestro mar pasan corrientes frías (metáfora), y que iba a decir si no es que si, digo entre eso y embriagarme en un bar, prefería ir con ella a la playa. Y un detallito, ninguna otra colega quiso ir a este tan genial paseo que pensaba en usar para conocer a algún guardacostas o un marino que me rescatase. Continuemos, fuimos en su 4X4 automático con asiento de cuero y aire acondicionado que hizo que el viaje en si ya fuera todo un relajo. Llegamos, bajamos todo para establecernos, bien fui a buscar un sitio y me di cuenta que no había nadie, uno que otro par de tortolitos expresando su amor en frente del atardecer abrazados, besándose, entonces llego la pregunta del millón:
-Eh..., sabes, aquí no hay nadie…¿Será esta la playa que dijiste?, entonces ella respondió:
-Mmm… que raro esta playa siempre esta llena, bueno si quieres nos vamos pero…pensaba que podríamos al menos comer algo…digo fuera de la casa, que en realidad ya me tiene estresada.
No niego que dije que si, pero me pareció raro que ni siquiera habían puestos de salvavidas, pero la idea de comer era buena digamos que, en mi casa y con mi sueldo no comemos tato en una semana como lo que ella trajo en su auto.
Bajamos todo y de prond de una bolsa, sale incriminadora casi apuntándome una botella de Champagne.
-¿Y eso?,pregunte un tanto asustada.
-¿Esto? Hay niña no te asustes es que…no tenia ningún otro copete en mi casa pa pasar el rato y este es muy bueno pero no quiero que se venza sin haberlo provado.
Bien alguien de con su sueldo podría fácilmente haber comprado uno nuevo, pero su respuesta me tranquilizo.
Tomamos, nos reímos, lloramos (llore, es que cuando me embriago me da por habla mas “sentimentalmente” de mis fracasos amorosos) y entonces me vi un poco “mareada” (¿debió ser el viaje o no?) y solo la escuchaba a ella por primera vez.
-Mira, me dan pena tus historias, es que los hombres realmente son una mierda
.N..No ..t..tand..to, respondí con mucha sobriedad (solo en mis palabras por que yo)
-¡No!...yo creo que si, mira lo que te hizo ese, te dejo dos hijos y se mando cambiar, tu necesitas a alguien que te mantenga, te quiera…que te ame de corazón
-Hay weona es…stas…mas cura que yo weona…jajaja, reí nerviosa
-En realidad no probé nada de alcohol, fuiste tu, ¿Vez lo que te hizo ese hombre?...escucha yo se que alguien mas te puede dar mejor vida…
-¿Cómo, un millonario?, dije asertivamente a lo que venia pero me falto una “a”…
-Te amo…¿No te das cuenta?- me dijo con voz suave y se me llego a pasar la borrachera con eso, me pare como pude me puse ropa encima del bikini y me fui para nunca volverla a ver, digo, queda mas que claro que soy heterosexual y nunca he sido homofóbica, de hecho tengo un amigo gay pero esto, esto me marcara para siempre y me acompañara con una gran leccion
Veamos cuanto duras mirando la pagina y NO sus tetas jijii


Aguante el poder heterosexual!!
ResponderEliminarAguante =!!!
ResponderEliminar